Columna de opinión publicada el 5 de octubre 2,023
El Notario
Custodio de Nuestra Propiedad
María Andrea Cáceres
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El dos de octubre conmemoramos el Día del Notario, una ocasión que a menudo pasa desapercibida, pero que debería ser un recordatorio de la importancia fundamental de esta figura en la protección de nuestros bienes y patrimonio. El Rol del Notario en el derecho de la propiedad es trascendental, ya que es uno de los pilares que sustentan la certeza jurídica de este derecho. El Estado les otorga la fe pública, confiriendo a los actos y contratos que autentican un sello de autenticidad inquebrantable. Desde la compraventa de una casa hasta la redacción de un testamento, el notario es el guardián de nuestras decisiones y acuerdos legales más importantes.
El notario no se limita a certificar documentos, también proporciona orientación legal imparcial, asegurando que todas las partes involucradas comprendan plenamente las implicaciones legales. Autoriza actos trascendentales para la propiedad y para el ser humano en general, como capitulaciones matrimoniales, testamentos, compraventas, donaciones, arrendamientos y muchos otros.
No obstante, lamentablemente, se ha detectado el abuso de la fe pública notarial. Algunos notarios o estructuras criminales se han dedicado a falsificar documentos con el propósito de despojar a propietarios legítimos de sus bienes. Estos actos incluyen la falsificación de firmas de notarios, la utilización del protocolo de otros notarios o incluso de notarios ya fallecidos, entre otras artimañas.
Por tanto, es crucial reforzar el sistema de justicia y evitar que se ponga en duda esta figura fundamental para la seguridad jurídica. En la conmemoración del Día del Notario, es imperativo considerar reformas al sistema de notariado que fortalezcan su integridad y eviten este tipo de sucesos que ponen en riesgo la confianza en el sistema legal y la protección de nuestro patrimonio.