Columna de opinión publicada el 21 de septiembre 2,023
María Andrea Cáceres
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Rompiendo el mito No.4
Desplazamientos y Desalojos no son lo mismo
En un contexto donde las invasiones ilegales de propiedades se hacen más frecuentes, resulta vital distinguir entre dos conceptos que, a pesar de ser radicalmente diferentes, tienden a ser confundidos: desalojo y desplazamiento forzoso.
Las personas que han adquirido propiedades a través del esfuerzo y la legalidad esperan que sus derechos sean respetados. Sin embargo, al enfrentar ocupaciones ilegales, surge la necesidad de las instituciones actúen con prontitud y firmeza. Es en este contexto donde el desalojo se posiciona como una medida esencial para garantizar la restitución del derecho de propiedad de los afectados.
El desalojo es una herramienta creada para defender a los propietarios de invasiones ilegales. No debemos olvidar que el delito de usurpación se define por el despojo ilegítimo y, en muchos escenarios, violento de la posesión de un bien inmueble ajeno.
Por otro lado, el desplazamiento hace alusión a la remoción ilícita y sin un debido proceso de personas y comunidades de sus hogares, originada generalmente por decisiones arbitrarias o conflictos externos a los desplazados.
Es crucial que tanto las autoridades como la sociedad entera reconozcan la seriedad de mezclar estos términos. Desafortunadamente, hay individuos que, al cometer delitos de usurpación, aprovechan este equívoco para torcer la narrativa a su favor. Al comparar incorrectamente su situación con la de individuos desplazados, buscan posicionarse como víctimas y evitar las repercusiones legales de sus actos. Esta confusión también ha impulsado al Gobierno a tomar acciones que no son apropiadas en situaciones de desalojo.
Cada caso requiere una sensibilidad y atención particular, y es imperante que se aborden con la seriedad y precisión que merecen, asegurando que la justicia prevalezca por encima de narrativas distorsionadas.